Con una carpeta cargada diarios y revistas, Silverio Fernández ratifica, como si hiciera falta, que el caso Monzón tuvo repercusión masiva. Además de mostrar los recortes, explica que entonces llegaban a la cárcel de Batán periodistas “de todos lados: Italia, México, Colombia, Panamá”.
Pero eso no era todo: también iban al penal, no sin hablar con él antes, los personajes más famosos de la Argentina. “Olmedo, Mateyko, Palito Ortega, Fillol, Javier Portales, ‘El Facha’ Martel, Santos Nicolini, Irusta, gente del boxeo… Venían todos”, rememora.
“Si la memoria no me falla Olmedo, la tarde antes de que se muriera, estuvo en la oficina conmigo y me entregó unas entradas para el teatro. Yo no pude ir porque esa noche tuvimos visitas de autoridades, y al otro día me enteré lo que le había pasado”, lamenta.
Acto seguido, agrega: “Sí me acuerdo de que cuando Monzón se enteró de que se había matado Olmedo me dijo que era una lástima, algo muy triste, y como pensando en voz alta mencionó que ahora el periodismo lo iba a dejar un poco de lado a él para hablar de eso”.
Fernández describe a los amigos del ex campeón mundial como personas “totalmente agradables”. “Lo veían en el salón de visitas común y los demás internos los miraban de lejos, algunos los saludaban”, finaliza.
Alberto Olmedo, quien moriría el 5 de marzo siguiente, es seguido por los periodistas Daniel Temperoni y Marcela Tauro, durante una visita a su amigo en la cárcel.
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